Monday, November 26, 2007

Cine de la disipación en Diciembre

Desde nuestra vuelta hemos escogido cuatro categorías que definen en parte la sensibilidad neobarroca del cine contemporáneo. La inestabilidad, la metamorfosis, el exceso y por último para este mes “La disipación”. Cada una reune a ciertas manifestaciones del discurso cinematográfico de autores que se encuentran en una búsqueda, en una operación formal definida por sus obsesiones.

La disipación comprende la manifestación de códigos que comprenden distintos géneros o tendencias. Estas obras han traído antes que la admiración, que muchas veces aparece tardíamente, el desconcierto. “Alien el octavo pasajero” de Ridley Scott o “Brazil” de Terry Guilliam. Ambas contienen elementos de géneros distintos, pero sin embargo manifiestan una unidad discursiva. Alien se presenta como un film de Ciencia ficción operando como film de terror, con un monstruo al acecho. Brazil, film de cine fantástico en ambigüedad con ciencia ficción, pero puesta en escena de cine negro, uniforme de los personajes, ciudad sombría, una mujer rubia desconcertando al convocado para ser héroe.

Dos antecedentes de relaciones en que los códigos de pertenencia o adscripción a “cierto” género se disipan, se disuelven, se confunden en un discurso que desconcierta a los espectadores acostumbrados a decidir qué película verán en la misma boletería, o en la tranquilidad de su hogar llegando con un disco arrendado en algún oficial club de video.

La selección, como ya es habitual se ha regido por buscar diversidad y la consecuencia con la temática. Las piezas imprescindibles, las indecorosas de culto y las nuevas que saciarán nuestras impacientes pupilas.

La partida es con algo que hemos conversado, hecho esfuerzos pueriles de decodificar, delirado y admirado. Perfectamente podría haber estado en cualquiera de las temáticas anteriores. Jodorowsky, autor, quien por todos los accesos difíciles a su obra, es quien sí ha instalado una poética irrepetible, salvo con cruces discursivos con Fernando Arrabal. “El topo” (1971), film excesivo y obsesivo. Por un lado se manifiesta el western con personajes en constante camino para su redención, venganza, sanación y por último su liberación. La búsqueda de los maestros, algo que desarrollará a plenitud en la Montaña sagrada (1973). La disipación opera cuando a la puesta en escena del western (uniforme, contemplación de una masacre inicial y una promesa de venganza) es intervenido con una condición y vocación de sanación del cuerpo y del alma.
Junto a ello este mes tendremos dos filmes de uno de los colectivos más delirantes de ácida comedia negra como son MONTY PYTHON, con THE HOLY GRAIL (7 de Diciembre) y LIFE OF BRIAN (28 Diciembre)

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